Berkshire Hathaway: de textil en ruinas a imperio de inversión 💼
Cuando los hilos ya no daban para más
El sábado pasado, en Omaha, el mundo financiero contuvo la respiración: Warren Buffett anunció oficialmente su retirada como CEO de Berkshire Hathaway a finales de 2025. Tras casi 60 años al frente de uno de los mayores conglomerados del planeta, deja paso a su sucesor, Greg Abel, en una transición que marca el fin de una era y el inicio de una nueva etapa.
Buffett, que seguirá como accionista principal y consejero informal, confirmó que no venderá ni una sola acción: “La perspectiva de Berkshire es mejor bajo la dirección de Greg que bajo la mía”. Un mensaje que refuerza su legado y la solidez del modelo construido.
Pero… ¿cómo llegó una empresa textil moribunda a convertirse en un holding valorado en más de un billón de dólares?
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Berkshire Hathaway: de textil en ruinas a imperio de inversión 💼
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🎙️ Entrevista | Álvaro de Jardín Mental: “No escribo para impresionar, sino para acompañar”
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Orígenes en la industria textil
Berkshire Hathaway nace de la unión entre Berkshire Fine Spinning Associates (1839) y Hathaway Manufacturing (1888), dos fabricantes textiles de Nueva Inglaterra. En 1955 se fusionaron en un intento desesperado por sobrevivir al declive del sector.
La empresa navegaba entre pérdidas cuando, a comienzos de los 60, un joven inversor de Omaha empezó a comprar sus acciones: Warren Buffett. Movido por su filosofía de value investing, Buffett veía valor oculto en los activos de la compañía.
Una disputa con la directiva motivó su decisión: compró una participación mayoritaria y tomó el control total en 1965. No sabía aún que había encontrado su vehículo definitivo.
El giro estratégico: dejar los tejidos, abrazar las inversiones
Warren Buffett compró Berkshire Hathaway con la idea de sacar valor de una empresa infravalorada… pero pronto se dio cuenta de que el negocio textil estaba condenado. La competencia internacional, los márgenes estrechos y la incapacidad de escalar de forma rentable hacían del textil un pozo sin fondo.
En lugar de insistir en reflotar lo insalvable, Buffett hizo algo que muy pocos directivos se atreven a hacer: renunció a la actividad principal de la empresa para transformarla desde dentro.
Lo hizo paso a paso. Primero, utilizó el efectivo que todavía generaban las operaciones textiles para adquirir su primer gran activo: la aseguradora National Indemnity (1967). ¿Por qué una aseguradora? Porque Buffett entendió que ese sector le ofrecía algo que ninguna otra industria podía darle: float.
¿Qué es el float y por qué lo cambió todo?
En palabras simples, el float es el dinero que recibe una aseguradora por adelantado (las primas), pero que aún no tiene que pagar (los siniestros). Mientras no se reclame ese dinero, la aseguradora puede invertirlo. Y si esos fondos están bien invertidos… los beneficios se multiplican.
Es como tener acceso a un préstamo gratuito y perpetuo para invertir. Siempre que la aseguradora esté bien gestionada, ese dinero fluye continuamente. Y eso fue lo que hizo Buffett: usar el float como gasolina para impulsar una estrategia de inversión sin precedentes.
A partir de ahí, el cambio fue radical. Buffett dejó de ver Berkshire como una empresa operativa y la convirtió en un holding de inversión. Cerró la parte textil, se apoyó en el motor de los seguros, y con ese capital empezó a construir un imperio silencioso comprando negocios rentables, sólidos y con gestores de confianza.
No buscaba empresas de moda. Buscaba lo contrario: negocios aburridos, estables, previsibles. A veces adquiría la totalidad (como See’s Candies o GEICO), otras veces grandes participaciones en bolsa (como Coca-Cola o American Express).
La clave no estaba solo en qué compraba, sino en cómo lo financiaba y cuánto tiempo estaba dispuesto a mantenerlo.
Mientras otros buscaban multiplicar su dinero rápido, Buffett apostaba por décadas. Mientras otros se apalancaban con deuda, él se apalancaba con float. Mientras otros vendían al primer revés, él aguantaba porque sabía lo que tenía.
Compramos para siempre (o casi)
Buffett no quería especular. Quería negocios rentables, previsibles, bien gestionados y con ventajas competitivas duraderas. Así llegaron:
See’s Candies (1972): donde aprendió el valor de una marca querida
GEICO (1996): su gran apuesta por el sector asegurador
BNSF Railway (2009): una jugada estratégica por el transporte estadounidense
Precision Castparts (2016): apuesta industrial de largo plazo
Además, Berkshire adquirió participaciones masivas en empresas como Coca-Cola, American Express, Moody’s, Apple (sí, incluso Apple, a pesar de la alergia inicial de Buffett al sector tecnológico).
Berkshire Hathaway hoy
Lo que empezó como una fábrica de tejidos, hoy es un coloso diversificado, con operaciones en:
Seguros: GEICO, General Re
Energía: Berkshire Hathaway Energy
Distribución: McLane Company
Retail y consumo: Dairy Queen, Duracell, Nebraska Furniture Mart
Transporte: BNSF Railway
Tecnología e inversiones: Apple, HP, Chubb, Occidental Petroleum…
Cuenta con más de 360.000 empleados, no reparte dividendos, y reinvierte sistemáticamente sus beneficios. En agosto de 2024 se convirtió en la primera empresa no tecnológica de EE. UU. en superar el billón de dólares en valor de mercado.
¿Quién es Greg Abel?
Greg Abel, canadiense, 63 años, dirige desde hace más de una década las operaciones no aseguradoras del grupo. Callado, eficiente, fiel a la filosofía Berkshire. Buffett ya lo había señalado como su sucesor en 2021. Ahora, es oficial.
Durante la histórica junta del sábado, Buffett declaró: “Greg tomará las decisiones. Yo estaré cerca si me necesita, pero es su momento”. Y añadió: “No hay nadie mejor para este puesto”.
Más que una empresa: una filosofía de vida
Buffett y Berkshire han sido, durante décadas, una escuela viva de inversión y ética empresarial. Algunas de sus lecciones:
Invertir solo en lo que entiendes
Apostar por el largo plazo
Ignorar el ruido del mercado
Valorar la honestidad tanto como la rentabilidad
Y mantener siempre una reserva de efectivo
Ese enfoque —disciplinado, austero, contracorriente— ha convertido a Berkshire en un icono para generaciones de inversores.
📈 ¿Y ahora qué?
Con la retirada de Buffett y el relevo a Greg Abel, empieza una nueva etapa. Pero el modelo no cambia: capital paciente, negocios sólidos, y cero prisas.
Lo dijo un accionista emocionado durante la asamblea:
“No hay sucesor para Warren Buffett en personalidad, pero sí en principios”.
Berkshire Hathaway no es solo una empresa. Es una forma de ver el mundo de los negocios. Y esa visión, aunque el Oráculo se despida del escenario, seguirá guiando a muchos durante los próximos 60 años.
Video del comunicado:
🎙️ Entrevista | Álvaro de Jardín Mental: “No escribo para impresionar, sino para acompañar”
Jardín Mental es el espacio donde comparto lo que investigo sobre psicología, escritura, productividad y filosofía.
Mi intención es ayudar a personas creativas a gestionar mejor su tiempo y alcanzar esas metas que solemos posponer.
No creo en una productividad de "trabajar como máquinas", sino en hacer las cosas con inteligencia para ganar tiempo, vivir mejor y disfrutar más.
En un mundo lleno de contenido genérico, mi compromiso es ofrecer ideas prácticas, fundamentadas y accesibles.
Aquí no encontrarás opiniones sin fundamento: solo ideas que funcionan y podrías aplicar como escritor y en tu vida diaria para sacar el máximo partido a tus esfuerzos. Ese es mi espacio y mi mensaje.
1. En un mundo donde escribimos para ser leídos, pero muchas veces terminamos diciendo lo que se espera… ¿Cómo has aprendido a escribir desde la verdad, sin perderte en el ruido?
Creo que todos los que escribimos y difundimos un mensaje buscamos, en algún grado, ser leídos. Yo no soy una excepción. Entiendo que lo provocador y emocionalmente intenso suele tener más alcance, pero he decidido seguir otro camino: destacar no por lo llamativo, sino por lo fundamentado y útil.
Cada vez que escribo me aseguro de tres cosas:
Que lo que comparto sea aplicable y aporte algo real al lector.
Que esté respaldado por estudios y evidencias, no por opiniones sueltas.
Que sea algo que yo mismo practique y haya probado en mi vida.
No quiero ser solo alguien que habla de teorías: creo que la mejor manera de ser creíble es predicar con el ejemplo. Siempre digo: "Para escribir un buen texto, tienes que ser ese texto."
Así, cuando hablo de, por ejemplo, 8 técnicas de productividad, puedes estar seguro de que son útiles, están demostradas y que forman parte de mi día a día. Eso, con el tiempo, crea un sello de calidad que destaca incluso en medio del ruido.
2. Queremos conocer tu forma de mantener la autenticidad en un entorno tan saturado. ¿Qué haces para no traicionar tu voz interior ni caer en lo superficial?
Es muy fácil perderse tratando de complacer a todo el mundo. Cuando escribes solo para agradar, terminas diluyendo tu voz y te conviertes en uno más del montón.
Mi forma de evitarlo es mantenerme cercano a quienes me leen. Siempre que puedo, respondo a los mensajes, converso, escucho. A pesar de tener ya más de 11.000 lectores, intento seguir siendo accesible.
No quiero ser una cuenta olvidable más en el feed de alguien. Quiero ser Álvaro, esa persona real con la que puedes hablar y que te tiene en cuenta.
No escribo para dar lecciones; escribo para compartir lo que vivo, lo que investigo y para servir de guía a quien quiera acompañarme en este camino.
Lo que digo podría parecer irrelevante, pero en el mundo creciente de la IA, sentirse cercano, humano y dar conocimientos sólidos (y no opiniones infundadas) te otorga valor y te distingue.
3. ¿Qué ha cambiado en ti desde que empezaste a escribir Jardín Mental?
Desde que empecé Jardín Mental me he vuelto una persona más reflexiva, calmada y disciplinada. Siempre he sido muy tozudo con lo que me propongo, pero este proyecto llevó esa determinación a otro nivel.
La escritura diaria me ha obligado a: Gestionar mejor mi tiempo, Alejarme de la procrastinación, Ser constante.
También me ha enseñado a estar a solas conmigo mismo, a sentarme en silencio a pensar y analizar. En un mundo que va tan rápido y está tan conectado, escribir me ayuda a desconectar, a ir más despacio y a escucharme. Eso ha mejorado mi calidad de vida. Te sorprendería la de personas que son incapaces de estar a solas consigo mismas y reflexionar.
Ahora le llaman "detox digital". El mejor detox es estar solas y se debería hacer a diario, no una vez al año.
4. Más allá del crecimiento de la audiencia o los resultados visibles, buscamos esa transformación interna. ¿Qué has aprendido de ti mismo en este camino?
He descubierto que la disciplina, cuando se entrena y se dirige hacia un objetivo claro, puede cambiarte la vida.
Antes pensaba que había que esperar a estar "preparado" para lanzarse a algo. Ahora sé que nunca estamos 100% listos.
Hay que empezar, dar el primer paso, y el camino se va abriendo mientras avanzas.
Nadie tiene la hoja de ruta desde la casilla de salida.
He aprendido a no tener miedo de fracasar. Al final, hay mucho más por ganar que por perder.
Y la constancia, esa repetición diaria de pequeños hábitos, tiene un poder increíble.
Esta mentalidad que me ha enseñado el hábito de escribir está propagándose más y más a otras áreas de mi vida, escribir fue el detonante de un cambio mucho mayor y quienes me conocen lo notan.
5. Imagina que alguien te escribe diciendo: “Tengo ideas, tengo ganas, pero no sé si tengo algo valioso que decir”... ¿Qué le responderías?
Buena pregunta. Le diría que todos tenemos algo valioso que decir. No hace falta reinventar la rueda cada vez: el valor no está solo en la originalidad, sino también en el enfoque. Me explicaré brevemente:
Puedes aportar valor desde tu punto de vista único, contando tu experiencia personal.
También puedes especializarte: si todo el mundo habla de productividad en general, tú podrías hablar de productividad para escritores, por ejemplo.
O cambiar el tono: un tema serio como la filosofía puede volverse cercano y divertido si lo explicas con humor y ejemplos cotidianos.
O podrías hacer una mezcla novedosa.
Así que sí, tus ideas valen. Solo hay que encontrar el ángulo que las haga brillar.
No hace falta ser el más innovador del mundo: basta con ser auténtico y encontrar tu propia voz.
Te contaré un ejemplo para ilustrarlo: piensa en los libros de cocina. Hay muchísimos. Pero libros de cocina pensados para estudiantes sin experiencia y con poco presupuesto, no tantos.
Si te apasiona cocinar, podrías convertirte en una referencia en este área: recetas sencillas, económicas, explicadas paso a paso, pensadas para quien no tiene tiempo ni ganas de cocinar.
Incluso podría convertirse en un bestseller si decides compilar todo en algo como: Manual de Supervivencia en la Cocina: Recetas fáciles para quien no tiene tiempo ni ganas de cocinar.
Ahí tienes un ejemplo de cómo encontrar tu espacio y aportar valor real cuando piensas que tus ideas no llamarán la atención.
Que grande Álvaro, me has dado una idea